viernes, 30 de agosto de 2013

El Chillón –Confesión–

Niño pobre - Virgilio Pellegrini
No sé cuantos miles de personas han pasado por mi vida. Han llegado, tenido algún trato conmigo, y se han ido; algunos para siempre, los más, para siempre. De hecho algunos han de haber provocado cambios en mi vida y ni siquiera los tengo en cuenta. Unos pocos de esos miles son un recuerdo, una serie de conexiones de mis neuronas que se pueden desconectar con un fuerte golpe en la cabeza o con una sobredosis de aspirinas con café. Quizás algunos de ellos se pierdan por falta de espacio o se revuelvan por necesidad de meterlos en el mismo sitio, una especie de tumba común de los recuerdos, de donde si me piden entregar algo: quizás salga incompleto o con huesos de otro cuerpo.

El Chillón es uno de esos recuerdos, él y su hermano. Ellos eran de los niños pobres del barrio. En mi niñez  a los niños pobres los catalogué como los que andaban sin zapatos, muchas veces sin camisa y con ropa rota cuando jugábamos en la calle, eran de los que su casa olía a orines cuando te acercabas a la puerta. Aunque los veía pobres, les envidiaba ciertas ventajas: a esos niños no los llamaban temprano para meterse a su casa, no tenían la obligación de ir todos los días a la escuela y decían majaderías sin el miedo de que le dijeras a su mamá. Además jugaban tierra, jugaban lodo, jugaban en charcos, con lagartijos o con tepocates mucho más seguido que yo. Yo estaba restringido a no traer ropa o zapatos de domingo o de la escuela y al estado de ánimo de mi mamá (a veces jugar en la corriente de la lluvia te enferma de las anginas y a veces [cuando mis primos eran los primeros en los charcos] no)

Su hermano se me hubiera olvidado de no ser porque un día alrededor del año 91',  siendo ya adultos; yo venía en el camión de paso por Tepa con rumbo a Guadalajara cuando se subió a pedir ayuda. Quizás en los camiones de paso no debería haber gente de Tepa, o quizás no le importaba. Todos hemos fantaseado con la idea de lo que haríamos en caso de tener que pedir dinero a desconocidos, él no sólo fantaseó; lo llevó a cabo: Contó alguna historia triste de por qué necesitaba de nuestra ayuda y recuerdo que sí consiguió algunas monedas, no de mí porque aunque no conocía yo su exacta historia; sí entendí que lo que pretendía no era contar la verdad sino provocar emociones, igual que los anuncios de carros —Involucrar las emociones de sus prospectos es crítico para todo proceso de ventas— dicen los cánones. Esta fue la primera vez que en realidad entendí lo lejos que pueden separarse dos vidas al paso de los años cuando se apuntó desde el principio en direcciones diferentes. Yo de camino a la escuela de electrónica y él ya formando su fortuna.

El Chillón también logró filtrarse en mis recuerdos, aunque su memoria se quedó más bien sin consentimiento de mi voluntad.

El Chillón y su hermano eran niños larguiruchos y flacos. Su hermano era mayor que yo y el Chillón era menor. Al Chillón sólo lo recuerdo por su apodo, no se lo puse yo, pero se lo tenía bien ganado. El muchacho en realidad era de lágrima fácil o la condición de esos niños los hacía blanco del bullying del barrio que en aquél tiempo aún no tenía nombre, quizás le faltaba una familia cariñosa o quizás era una combinación de las tres pero era un niño del que todos conocíamos su llanto a causa de su recurrencia.

El día fatídico que se quedó en mi memoria sucedió a finales de los 70's: Venía yo de la tienda "El Paguilleve" de rumbo del parque del beso, antes de que se instalara la tienda de Don Migue. Por esa zona vivía este niño. La Guadalupe Victoria entre el Parque del beso y el Padre Charlie era de muchos valdíos, de hecho no existía ningún Padre Charlie aún en el barrio. Entre tanto vacío de casas vi un poco a la distancia al Chillón sentado sobre el piso de tierra, con la cabeza agachada y dándome la espalda, no sé si lloraba o dibujaba con los dedos en la tierra, pero en esa posición su cuerpo era un pequeño bulto mal nutrido. No todas mis ideas se pueden calificar de brillantes, esta en especial no lo fue:

El salto se veía sencillo y no necesité pensarlo mucho. La distancia que nos separaba no hizo necesario que tomara vuelo. Mis pies se aceleraron mientras rápidamente la dicha distancia se hacía más corta. El viento debió rozarme el rostro ya que desarrollaba mi velocidad máxima (no lo recuerdo, pero trato de hacer mi historia emocionante igual que hacía el hermano del Chillón cuando pidió dinero en el camión). En el momento preciso empujé al planeta Tierra y todo su contenido con todas las fuerzas que un niño de 5 o 6 años pueda poseer para separarlo de mí y lograr suficiente altura para pasar de forma espectacular encima de la humanidad del niño más triste del barrio.

Lo que sentí al caer del otro lado no tenía ningún parecido con lo que había imaginado:

Susto. La inercia me llevó unos pasos más allá, luego pude girar la cabeza para ver el resultado, resultado que ya sabía, lo sentí en mi pié. Vergüenza. El niño miraba mis ojos con los suyos llorosos, la pregunta ¿por qué? retumbaba en mi consciencia aunque él no la mencionó, no dijo una palabra. Arrepentimiento. Durante mi temeraria hazaña, y un poco por la falta de tanteo, de forma imperdonablemente accidental; mi pié, a una buena velocidad: chocó con su cabeza. Miedo. Siempre he tratado de no arrepentirme de mis acciones, de todo lo que se hace se aprende, pero esto no debió haber pasado, varias fajizas nunca las merecí, esta vez, sin embargo; resulté impune. Alivio. Para El Chillón llorar era su estado natural, nadie nos vio y si por algo él hubiera sido violento, yo era mayor que él, simplemente ese día yo era el tonto en la posición de poder. Remordimiento. Un niño que no reacciona contra quien lo golpeó sin razón, sin una declaración formal previa, sin compasión. Un niño que ni siquiera reclamó, preguntó o lanzó algún merecido improperio: me cambió la forma de tratar al más débil pero comencé después de él, sólo algunos años después.

La compasión por ese niño habita en mí, he imaginado de mil formas diferentes lo difícil que ha de haber sido su vida para estar tan acostumbrado a un trato tan inhumano. En mi memoria El Chillón hubiera sido un niño débil y cobarde, pero ahora lo entiendo como una víctima de no sé qué revueltos planes del destino. Desde su visión el mundo debió ser un lugar horroroso, y yo ayudé a formar esa imagen. No me siento orgulloso de lo que hice ni de mi actitud. Él se quedó llorando mientras yo me daba a la fuga hacia mi casa: avergonzado, asustado, con dolor de consciencia y convencido de mi falta de conocimientos de la gravedad, la física y las matemáticas. Perseguí un sueño y literalmente me lo llevé a él entre las patas cuando era el único que corría algún riesgo y no había sido avisado.

Sus ojos llenos de llanto mientras me alejaba sin que mediáramos palabra y esa pregunta imaginaria que nunca le respondí son el recuerdo más dolorosamente ajeno de mi infancia. Ese cobarde abusador que un día se le acercó por la espalda sin avisar y sin razón le pateó la cabeza para continuar con su vida de fechorías es quizás el recuerdo que él tiene de mi y que jamás podré cambiar. Siento pánico de algún día tener que enfrentarlo, temo que esa es la principal idea para diseñar mi infierno. Nunca más he vuelto a saltar sobre ninguna persona sin pedirle permiso y estoy seguro que nunca más lo haré.

El viento del tiempo se llevó su rostro, su voz, y si existió; algún buen momento. Me queda esta triste experiencia de un niño que hoy quizás sea un buen vecino, un malviviente o un ejemplo de virtud.

Uno de los miles que circularon por mi vida para quedarse dolorosamente indeleble como muchos otros nunca lo harán. Y ahora, además de él y yo, ustedes conocen también el deleznable suceso.

domingo, 7 de julio de 2013

Ventas multinivel (MLM) ¡Evita ser el tonto motivado que todos están buscando!

De unos meses para acá tengo una compañera de trabajo que está muy involucrada con una empresa de ventas multinivel. Estando en ella, una de sus prioridades es reclutar a más gente que haga lo mismo. Me sentía suficientemente informado pero ella tenía una buena respuesta para cada una de mis buenas razones. No pensando en afiliarme (sobre todo por falta de tiempo, dinero y ambición), me decidí a investigar un poco para entender por qué, al paso de los meses; ella vive convencida de que tiene una mina de oro en las manos, cosa que yo nada más no veo.

Multinivel es una forma de vender. Básicamente la idea es que alguien te invita a la empresa, esta persona no es tu jefe sino que te apoya para que tú invites a toda persona que en el mundo se te atraviese a hacer lo mismo que tú, invitar a más gente que invite más gente. La idea es vender algo, lo que sea, el producto no importa "esta es una empresa de gente" lo dicen ellos mismos (ver video), con la gran promesa (y tienen todo un esquema de muy buenas comisiones para que lo entiendas): de que tú vas a ganar por toda la gente que ayudaste a entrar (entrar significa que compras un paquete de entrenamiento y un paquete de productos, es el precio de pertenecer al club), de forma de que, haciendo números felices; te haces millonario en tres meses. Y no sólo eso, se hace millonario cada uno de los que entran contigo porque a todos les sucede lo mismo, el esquema es el mismo para todos los que van ingresando a la organización ¡todos aspiran a las buenas ganancias merecidas por la cantidad de gente a la que cada quien ayudó a entrar! ¿Cómo negarse a ser parte de una organización tan justa, tan maravillosa?

Cuando yo era niño tuve la suerte de ver algo interesante:

Un día llegó mi mamá con 1 boletito, alguna carta y una lista de personas con domicilios de toda la república. Mi tía le había explicado lo que también explicaba la carta: Había que invertir 3 pesos. El primero era para mi tía, el segundo era para una persona que venía marcada en la lista y el tercero era para la empresa. En aquel tiempo el dinero se enviaba por medio de un giro postal, entonces; por correo se enviaba un giro de un peso al domicilio de la persona marcada en la lista y otro igual al domicilio de la empresa. De regreso, la empresa le enviaría a mi mamá tres paquetitos como el que le habían entregado a ella, si ella se los entregaba a 3 personas más y recibía el peso correspondiente de cada una; mi mamá recuperaría su inversión con un extra, su nombre y domicilio estaría en la lista, y poco a poco iría subiendo hasta que gente de toda la república le enviaría dinero a ella... Con orgullo les cuento que aunque mi mamá creyó al principio lo que mi tía le contó, pronto entendió que aquí había algo raro y nunca vendió sus boletos más adelante. Lástima, sonaba mágico ¡Alguien había encontrado la formula para que todos recibiéramos dinero gratis!

Esto se conoce como estafa piramidal y ha sucedido (y sucede) en todo el mundo, y es ilegal.
Estafa piramidal: Es un esquema de negocios que se basa en que los participantes refieran a más clientes con el objetivo de que los nuevos participantes produzcan beneficios a los participantes originales.
No muchos de nosotros tenemos un doctorado de matemáticas, pero todos tenemos claro el consejo de nuestros padres "El dinero no crece en los árboles". Seguir este simple adagio salva a la mayoría de involucrarse. Quizás no lo puedes explicar, pero sabes que algo no está bien.

El problema es que mientras una empresa normal recibe su ganancia de lo que los consumidores pagan por su producto. Una empresa multinivel en cambio, paga comisiones y recibe beneficios por la incorporación de nuevos miembros, se les entrega producto a cambio de su dinero, pero en realidad están pagando el precio de "pertenecer". No les interesa el producto sino recibir los beneficios que les hicieron creer mediante una ingeniosísima serie de engañosas promesas (Ver video).

Quería explicar esto de una forma más matemática, pero las formas de pago que ofrecen son tan enredosas que es hasta difícil hacer la cuenta para asegurarte que no eres tú el que está estafando a la empresa: (Ver plan de pagos)
  • 20% de la entrada de tus referidos
  • 20% de lo que venda la mitad más corta de tu grupo
  • 20% de toda la ganancia acumulada de tus referidos (hijos)
  • Un porcentaje nada despreciable de los pedidos de cada uno de tus niveles inferiores (hijos, nietos, bisnietos...), tomando en cuenta que si tú invitas a 5 y cada uno de esos 5 a otros 5 (25) y esos 25 a otros 5 (75) pronto tendrás a medio planeta generando comisiones para ti
  • Y claro! La comisión por vender eso que te hicieron comprar, que es tan maravilloso que fácilmente puedes cobrar el doble de lo que te costó, aunque en realidad, con suerte y algo de esfuerzo quizás te encuentras a alguien que te recupere aunque sea tu costo de distribuidor
  • ¿Y qué tal una comisión más por todas las ventas que logre la empresa alrededor del mundo?
No he ido a sus reuniones ni convenciones, sólo imagino que en esta parte es donde todo el auditorio flota con la energía y el entusiasmo que provocan los sueños más inalcanzables de todos los allí reunidos (dicen que los sueños inalcanzables son más ligeros que el hidrógeno caliente). Pero vamos por partes ¿Cuál es tu rango? Bueno, no te preocupes por eso ahorita, con trabajo y desempeño lo lograrás, "nosotros te ayudamos. Es más, apúntate otra comisión de liderazgo por los rangos que ayudes a formar en tu futuro grupo."

Sin tantas matemáticas: si el consumo de cada uno ronda los $120.00 dólares al mes (porque si quieres mantenerte en el club de las comisiones debes mantener un consumo mínimo), restando impuestos y restando el porcentaje que se queda la empresa y restando la buena cantidad que se merecen los que te invitaron a entrar (hay que pagar varias comisiones [ve la lista] por la venta que tú lograste a cada uno de los niveles de arriba); lograr ganar siquiera lo que estás invirtiendo se vuelve algo cercano a lo imposible (estadísticamente más del 95% de los "emprendedores" de multinivel pierden parte o el total de su inversión (Ver Wikipedia).

"Si buscas resultados diferentes no hagas siempre lo mismo" Es una frase atribuida a Einstein, una de las tantas con las que tratan de hacerte creer que todo lo novedoso que te presentan está bien aunque no lo entiendas.

Cuando en realidad tienes un producto y necesitas asociados para distribuirlo; hay cosas básicas y lógicas qué hacer para que tus distribuidores generen en realidad beneficios por su esfuerzo (aunque te digan que esta fórmula no sirve porque es hacer lo mismo):
  • Se distribuyen por zonas o canales de distribución, no están todos en el mismo salón de clases o viviendo en el mismo barrio distribuyendo el mismo producto y de la misma marca.
  • La red de distribución en un país se logra generalmente con alrededor de 4 niveles (nacional, regional o estatal, detallistas y vendedores), crear más niveles sólo significa dividir más las comisiones, además; aumentar la cantidad de efectivos en el mismo nivel divide el potencial de negocios por asociado, así que se procura mantener un cierto equilibrio limitando la cantidad de distribuidores.
  • La misión de la distribución es hacer llegar los productos de la fábrica a los consumidores, así de claro. Más producto pasa por tu canal de ventas, más ganas. Y quizás haya bonos por cumplir metas, pero son fácilmente calculables y evidentemente originados de los consumidores finales recibiendo su producto, no es dinero que sale directo de la bolsa de los que deberían estar ganando por trabajar.
"No hay nada peor que un tonto motivado" Emilio Duró.
Personalmente, cuando estoy a punto de tomar una decisión de la que me siento excesivamente contento o nervioso; trato de aplazarla lo más posible para entender qué es lo que me pone así e informarme para asegurarme que no es el entusiasmo generado por mí o inducido por alguien, el tonto que está tomando mi decisión. Casi por regla general, cuando es alguien el que te presiona por tomar la decisión "YA" es cuando más razones tienes para no precipitarte.

La idea de hacer una red de mercadeo multinivel y ofrecerle buenas comisiones a todos los participantes es fisosóficamente muy noble. Quizás haya en el mercado actual o en el futuro una empresa que sí busque utilizar este método de ventas y al mismo tiempo intente asegurar las condiciones para que hasta los niveles más bajos reciban una cantidad digna de su esfuerzo, entonces, si crees que la has encontrado; quizás ya encontraste el negocio de tu vida, quizás no para hacerte millonario, pero sí tu forma de ingresar a la economía llevando bienestar a los demás y recibiendo a cambio dinero que te ayude a llevar bienestar a los tuyos. Por esto la Federal Trade Commission del gobierno de los Estados Unidos publicó un documento informativo donde, entre otras cosas enumera 5 banderas rojas del multinivel que debes buscar para entender que no estás entrando en una empresa fraudulenta. Ver documento en inglés

Banderas rojas del multinivel:
  1. El reclutamiento de participantes es ilimitado en una cadena ilimitada de autorizados y motivadores reclutadores reclutando reclutadores.
  2. El avance en la jerarquía de múltiples niveles de distribuidores se logra por reclutamiento en lugar de ser un nombramiento.
  3. Se motiva a los "distribuidores" a realizar compras (herramientas de venta, producto, etc.) para avanzar en el negocio y sean elegibles para recibir comisiones, "pagan para participar"
  4. La compañía paga comisiones o bonos por más de 5 niveles de "distribuidores"
  5. Por cada venta la compañía paga a cada participante del nivel superior lo mismo o más que al que en realidad realizó la venta, creando así un incentivo insuficiente por vender el producto directamente y un incentivo mayor por reclutar.
La mayoría de la información la obtuve investigando directamente a Organo Gold, por ser la que mi amiga estaba promoviéndome, pero parece que hay muchas por ahí con pocas variaciones. Busca tu propia información y antes de arriesgar parte de tu patrimonio, tu tiempo y el de tus amigos y familiares, ya informado; decide.

¡Evita ser el tonto motivado que todos están buscando!

domingo, 31 de marzo de 2013

Aprender en línea


Contraté el internet para mi casa sin saber exactamente en qué lo iba a utilizar. Estamos hablando de principios del 2006.

Sí, coreo electrónico y chat. En ese tiempo me llegaban 128kbps, ni siquiera servía para ver videos. Descargar libros y participar en foros fue algo que descubrí sin haber sabido antes que eran recursos que ahí existían. Y aprender... mucho por aprender. Sin haber usado casi una computadora antes, comencé a crearle problemas a la mía y, gracias a lo que se encuentra en la red, los comencé a resolver. Cuando me sentaba ante la computadora, un enorme mundo se aparecía ante mis narices y mi mujer no dudaba en reprochármelo. Bueno, poco a poco tuve que enseñarme a administrar mi tiempo entre la vida real y la vida virtual. Pero ya no hay tema que quiera conocer que no pase primero por el buscador.

A los seres humanos nos encanta enseñar: El maestro Roshi, el señor Miyagi, el maestro Yoda. Todos soñamos con encontrar el alumno que se apasione por los mismos temas que nos apasionaron a nosotros, y entre más de ellos, mejor. El internet tiene mucho de eso, mucha gente buscando respuestas y mucha gente ayudando a los desconocidos que precisan de lo que alguien más sabe.

Hará unos 5 años se escuchaba de la universidad en línea. Claro que me ilusioné. Investigué y acabé un poco desalentado. Muy pocas carreras, repetidas entre una universidad y otra, y muy exigentes en tiempo y seguir un curso completo de orilla a orilla para aprender algo que yo quería aprender de forma básica por el mero gusto. Además de que algunas eran con costo, casi como un curso presencial.

Decidí esperar porque no me quedaba de otra, pero tenía fe en que poco a poco se iría multiplicando la cantidad de recursos para la gente que como yo estamos peleados con cursos completos cuando lo que buscamos es saber de un tema en especial, quedando en segundo plano si se recibe un título o no.

Hoy exactamente se cumplen 20 años de que recibí mi diploma como "reparador de aparatos domésticos electrónicos". Pero de lo que aprendí entonces, a lo que se hoy; hay un mundo de distancia.

Autodidacta es una forma de describir a la gente anárquica como yo. Y mi baticinio es que nos estamos multiplicando como gremlins al chorro del agua.

No quiero presumir de visionario, pero hoy encuentro con gusto que eso que estaba esperando se está realizando.

Poca gente que sale de la universidad necesita en realidad todo el conocimiento que le obligan a aprender para poder recibir su título. Y, por lógica y por la falta de práctica; la mayor parte de ese conocimiento se olvida a un par de vueltas del planeta por el sol. Otro problema es que algunas carreras no tienen un trabajo bien especificado, entonces; les llenan de todo tipo de posibilidades, pero en forma muy superficial, de manera que salen siendo expertos en nada. Esa famosa experiencia que les piden para laborar en una empresa es porque en realidad no han demostrado que pueden manejarse ni ser útiles y/o confiables para algo luego de recibir su flamante nombramiento.

Soy un apasionado de aprender. Aún así, ver un plan de estudios con todas esas cosas que no me interesan me llena de flojera. Cuatro horas diarias por lo menos durante dos años es poco motivante para mí. Y sobre todo, no me interesa ninguna especie de título o reconocimiento. Quiero saber, nada más.

Durante la preparatoria, alguien ya tiene ideas de lo que le gustaría hacer, y si no; puede dar unas probaditas de lo que es el mundo real.

El mundo de hoy y en adelante; será de la gente que mejor se adapte a el mundo mismo, con todos sus cambios. Algunas carreras, sobre todo tecnológicas  se quedan anacrónicas a veces antes de egresar sus educandos ¿Cómo alguien puede siquiera imaginar cómo van a ser las computadoras, los carros o el software en 5 años?

Claro que en algunos casos la carrera tradicional seguirá siendo necesaria, con todo y eso; se debe continuar aprendiendo.

Los que ya estamos metidos en el mundo laboral, estamos aprendiendo al vuelo. Esto, se volverá verdad también para los alumnos.

Pero hay una ventaja, no estamos acotados a una sola carrera, ni a un cierto tipo de tema. Hoy puedo aprender idiomas, arte, cómputo, psicología, economía, física... sin tener que traer una gran base sobre el tema. Simplemente porque como parte de mi vida; son temas que me toca conocer. Todo está en tener el gusto o la necesidad de profundizar.

Todo este rollo tiene un propósito: me encontré una página: coursera.org y ya me apunté a mi primer par de cursos. Uno de la universidad estatal de Ohio y otro de la UNAM.

coursera.org se persenta como una empresa social aliada con las mejores universidades, para enseñar gratis a gente de todo el mundo. Cuentan con cursos en 5 idiomas, y no dudo que esto es sólo el principio de la forma de aprender y enseñar del futuro.

Dense una vueltecita ¡nos vemos en la universidad!

viernes, 4 de enero de 2013

5 minutos de sucesos absurdos


Nos incorporamos del crucero de Tepa a la carretera hacia Tototlán, ya sobre la carretera noté la velocidad a la que venía una camioneta a unos 200m. Aceleré para no ser un tronco en la carretera y rápidamente ya iba a una velocidad normal, sin embargo la camioneta nos alcanzó sin esfuerzo.

— ¿Cómo se ve una camioneta con balazos en el faro?— Fue una de esas ocurrencias que no mencioné, el silencio era bueno y no se me hizo necesario romperlo. Alfredo vendría papando moscas o algo así, siempre es bueno para aprovechar el tiempo.

Como a 600m del crucero, rumbo a Tototlán; se llega a un par de curvas y entre ellas una recta como de 300m. En ese tramo fue donde a estos suatos les dio por rebasar. Unos 40m antes de nosotros cambiaron de carril, tuve que dejar de acelerar para que nos terminaran de rebasar sin apuros, aun así se cerraron frente a nosotros a unos pocos centímetros aunque no venían vehículos que los hicieran apurarse.

Les dejé de prestar atención. Novatos con prisa y faltos de inteligencia se encuentran más seguido que las moscas contra el parabrisas, el truco es dejar que se vallan sin que afecten tu estado de ánimo.

El gusto se me terminó cuando los volví a notar, no había pasado un minuto de su reciente muestra de talento al volante al rebasarme: no terminaban de rebasar al carro de enfrente cuando se les venía un camión torton de los 19 hermanos a contrasentido en una carretera de dos carriles. Ellos y el carro al que iban rebasando terminaron casi detenidos sobre la carretera uno al lado del otro. El camión tuvo que salirse un poco para evitar el impacto y el carro tuvo que terminar parando porque le atravesaron la camioneta enfrente, nosotros también paramos unos 30m detrás de él.

— ¿Estos quieren matar al del carro? —Esta vez sí lo dije, aunque creía que se trataba de un pleito vial.

Luego se asomó una pistola del primero que se apeó de la camioneta, un mozalbete que apenas aparentaba unos 18 años, detrás de él se veía un arma larga que también traía intenciones de bajar.

Mi primera sensación fue que ese no era un buen lugar para estar. En los espejos vi detrás de nosotros una brecha que salía de la carretera, pensé en regresarnos y alejarnos por brecha para no ser parte de lo que estaba sucediendo, todavía no entendía nada. Quizás en este punto creía que el del carro se defendería y era cosa de que la justicia se apareciera y sólo equilibrara los karmas entre un carro y una camioneta en medio de la carretera.

Puse reversa para poner asfalto de por medio, pero una santa manía que tiene el chevy es que muy seguido le da por rechinar los engranes, este día se lució. Al notar mi escándalo busqué con la mirada al comando justiciero y aquí noté que ya éramos parte de su aventura; ya que ellos voltearon azorados en nuestra dirección.

El rechinido ha de ver ayudado a la víctima, porque al ir alejándome a mi paso en reversa, el carro perseguido no tardó en alcanzarnos también en reversa. Quedarnos en la brecha ya no era opción. Y en su afán de salvar la vida, el del carro no pensaba que estropeaba todo lo que yo planeaba hacer. Me di vuelta sobre la carretera y aceleré para salirme de la línea de fuego. Otra vez, mi intención era no ser parte de esto. Ellos ignoraban que existíamos apenas hace 5 minutos y quería que siguieran sin saber de nosotros el resto de la eternidad. Mi siguiente plan era regresar por la carretera a Tepa, supuse que quedándonos un rato fuera de su quehacer se olvidarían de nosotros, y no siendo nosotros testigos de nada tan malo; no habría razón para que se preocuparan. Alfredo, a todo esto, era el que tenía el privilegio de bobear todo lo que quería (él no tenía que mantener la mirada en la carretera ni tenía que ir formulando un plan de escape tras otro). El acelerador del carro no podía ir más pegado al piso y el carro no llegaba a los 120km/h cuando Alfredo ya iba por la tercera vez que me decía: Ahí vienen.

Finalmente me di cuenta que no íbamos a alcanzar nuestro crucero, el carro víctima venía alzando las luces para que le dejara espacio de pasar y la camioneta no estaba a mucha distancia de este. Una brecha me convenció de tomar una decisión: "ahorita todavía no hay nada contra nosotros". Esperar a que nos rebasaran otra vez ya no sonaba agradable, lo menos que quería era volverlos a ver. Aparte que nunca descarté que nos dispararan ahora que éramos sus casi conocidos, de que quizás por nuestra causa se les escapaba su amigo y hasta no más por probar la puntería. En este momento, separarnos de su presa significaba que de tajo se olvidaran de nosotros una vez dejándonos atrás (aunque cabía la posibilidad de que fueran sólo unos locos con ganas de divertirse y fuera tan de su agrado perseguir a su primer objetivo como cambiar de idea y perseguirnos a nosotros).

Salí entonces por la brecha hacia la derecha casi sin detener la velocidad con el cambio de vía. Un segundo después pasó el perseguido.

Ya sobre la brecha noté que estaba cerrado el camino, no había a dónde ir. El camino daba a la entrada de un rancho cuya puerta estaba demasiado cerrada como para quien decentemente quiere huir para seguir haciendo el bien a la humanidad.

Quizás estábamos a unos 40m de la carretera ya frente a la puerta del rancho cuando aliviado vi en el espejo que la camioneta y sus desagradables pasajeros continuaban su aventura sin nosotros. El resto del viaje a Ocotlán fue todo menos silencioso. Alfredo y yo hubimos de procesar el resto del caminio en voz alta los 5 minutos que acabábamos de vivir.



Epílogo:

Vivir esos 5 minutos supondría sólo algo qué contar, sin mayores consecuencias. Aun así, hace unos días poco después del atardecer, estacionado en batería; noté que había dos personas adentro de un vehículo mirando insistentemente hacia el lado contrario al mío y que no se habían bajado desde que llegué a la farmacia y compré, hasta que me acomodaba el cinturón de seguridad para irme de ahí. La mente de alguna forma imaginaba armas en sus manos que no alcanzaba a ver.

Otro de esos días, circulando por la avenida Matamoros, nos comenzamos a formar un vehículo detrás de otro. Naturalmente agucé la vista para ver la causa que nos detenía. De repente, de uno de los vehículos de enfrente, se bajó un hombre sospechosamente presuroso, lo siguiente que esperaba era que comenzara a apuntar con un arma a alguien que correría por el lado contrario (en realidad se había apagado su carro y lo iba a empujar para sacarlo del camino de los demás).

No vivo con temor, pero de alguna forma cuando entro a un lugar cerrado: ya memoricé las mejores rutas de escape.