martes, 24 de agosto de 2010

42,195 metros, tercera semana

Estoy comenzando con la tercer semana de un entrenamiento de alrededor de 16. Todo, hasta ahora va muy bien. Éste domingo me tocaron 24 km. Los corrí en dos horas y 26 minutos. Y, aunque no fue mucha la diferencia con la semana anterior: salí con un poco más de problemas: Rosado del lado interior de los muslos y con una amenaza de calambre cuando en mi casa llegué a sentarme. Y, aunque caminé con algo de dificultad durante la mañana del domingo: para hoy martes hice los 10 km sin problemas y en el mejor tiempo desde que comencé con ésta experiencia.

La verdadera prueba comienza ahora con la entrada a la escuela. Me tengo que levantar, correr 8 o 10km depende el día, bañarme y estar listo para llevar a mi hija la secundaria. A la cual entra a las 7:30.

Hoy ya es miércoles, correr 8 km ya no es la parte más difícil del día, es el segundo día que comienzo a las 5:30. Sólo espero que acomodar los horarios no sea tanto problema (sobretodo con los niños, ya que no se levantan tan temprano y no les da sueño hasta alrededor de las 11 de la noche).

Como novedades: Hay un par de señores de alrededor a mi edad que corren también todos los días, quizás también en entrenamiento. Anda también un hombre de más de 60 que corre bastante, aunque se ve un poco gordito. No sé si estaba más, o si de todos modos come más de lo que corre. En éste horario de la mañana, a eso de las 6: me encuentro también a unas señoras (a veces 2, a veces 3) que vienen por el camino rezando el rosario. Hace reflexionar en las razones que nos hacen hacer lo que hacemos, y en dónde preferimos estar y el por qué. Es decir: Cuando la mayor parte de la gente aún está dormida, habemos ya en la ruta de la Colosio: alrededor de 10 personas, y cada uno dueño de sus razones... Curioso éste mundo.

domingo, 15 de agosto de 2010

42,195 metros

La historia que me sabía: era de un señor que se llamaba Filípides, que cayó muerto después de correr desde Maratón hasta Atenas para anunciar la victoria sobre el ejército persa. Y que la distancia entre éstas dos ciudades es de 42,195 metros. Ya revisando en wikipedia: me di cuenta que la historia real de los maratones es un poco más loca que la leyenda.

Hoy es domingo. Hace ocho días corrí mis ocho kilómetros de costumbre, pero; la tentación me ganó y me seguí con otros 4. Había estado mejorando mi tiempo sin ningún esfuerzo extraordinario, sencillamente me llegó una racha en la que había podido correr de forma más o menos estable.

Cuando me pasa que dejo de correr por un tiempo y comienzo a perder la condición física que tenía: al volver a correr, busco llegar a los tiempos que estaba haciendo antes de ser vencido por la flojera. Y cuando llego a recuperar lo que había perdido: me queda una sensación de deber buscar algo más. Más distancia, menos tiempo...

Hace ocho días, al terminar mi carrera: mi cabeza no descansaba. Al regresar a casa buscaría otra vez información de fechas, entrenamientos, precio de inscripciones. Estaba seguro que otra vez iba a desechar la idea. La otra vez me desilusionó la cantidad de trabajo, dinero y tiempo que se necesitaba para prepararse. No visualizaba la mejoría que me pudiera dar el entrenamiento, y hacer todo ese esfuerzo para intentar correr por alrededor de 4 horas y media, aparte de difícil, no me llamó la atención.

Ésta vez fue totalmente diferente. Me visualicé una meta y una fecha, y aunque seguía con la duda de poder siquiera completar una carrera de más de 2o km. tan sólo durante los entrenamientos: me decidí. Mis resultados durante el entrenamiento me darían ánimos o me bajarían de nuevo a piso firme.

Llevo entre unas rachas de correr continuo, y rachas de flojera, gimnasio, gripes y hasta un esguince de rodillas que me retiró de la Colosio por mes y medio: 5 años de deportista. Alguna vez corrí los 10 km. de la tepabril en 49 y medio sin ningún tipo de preparación. Un par de años después me estaba preparando para correrla y tratar de mejorar mi tiempo y fue que me vino el esguince (por cusa de una ola, no por correr).

Hoy corrí por primera vez en mi vida 22 km. como lo dice el entrenamiento, después de otros 34 que corrí durante la semana. Invertí en ésta semana: alrededor de 7 horas. Me estuve levantando entre 6 y 6:15 de la mañana. Todo el día de hoy anduve caminando raro y dolorido después de las 2 horas 15 que me costó la hazaña y me esperan otros 4 meses así. Me hacen falta por lo menos un par de tenis, un par de shorts y un par de camisetas para correr. Ahora mismo no tengo idea de dónde voy a sacar el dinero para el hospedaje y el viaje a Mazatlán (lo mejor sería si me puedo llevar a toda la familia). No tengo la menor idea de si la salud u otras cosas me den para terminar el entrenamiento. Pero hay algo de lo que estoy muy seguro; el entusiasmo que siento en éste momento es un lujo que muchos quisieran poder comprar. Y yo, que ya lo tengo: no lo pienso desperdiciar.

Así comienza ésta aventura. Mi meta: 3 horas 45 minutos, domingo 5 de diciembre, 6 de la mañana, Maratón pacífico, Mazatlán, Sinaloa.

domingo, 1 de agosto de 2010

Simón Díaz: Venezolano de oro

Hoy me desperté desde poco después de las 6 de la mañana. Anoche, las actualizaciones del Facebook y un vecino alegre y con varios decibelios de voz; me mantuvieron despierto hasta pasada la media noche. Hoy domingo, fue un ratón y su desvergonzada forma de comer lo que me abrieron lo ojos.

Meditando ante la duda de levantarme para correr o quedarme a ver la tele, ya pegado al as 9 de la mañana me encontré en el biography channel con el final de los días de Franklin. Lástima, me hubiera encantado conocer su historia un poco más, no sólo en el tiempo de la independencia, cuando ya rondaba los 70 años.

Después de varios intentos me animé y salí a correr. La carrera estuvo genial. Aunque no he hecho grandes cosas por aumentar mi condición física, la verdad es que he sido mas o menos constante como no lo había sido en vario tiempo. El viernes fue mi mejor tiempo y hoy no quedé a más de 5 segundos de mi récord. Llegué a casa y fui por mi merecida caguama para recuperar energías mientras recalentaba el desayuno o mientras me bañaba, lo que sucediera primero.

Por no tener otra forma más accesible de perder el tiempo: encendí la tele que seguía en el canal de las biografías. Ahora con la vida del que para mí había sido todo un desconocido: Simón Díaz.

No puedo hacer una biografía con lo que conocí de él en un programa de una hora. Hombre multitalentoso, carismático, amante de Venezuela y amado por Venezuela. Que no es que tuviera la visión para interpretar al alma del venezolano común, es que era su alma de un venezolano común.

Un cosechador de tonadas del llano de Venezuela, del enorme llano, del eterno llano. Tonadas muy parecidas al huapango mexicano que tanto me enchina la piel. Interpretado tanto por Plácido Domingo como por Caetano Veloso, los Gipsy Kings o por mí mismo.

Si tienes la oportunidad de ver la biografía, te la recomiendo mucho, tanto por cómo presentan su vida y su obra como por su hija que interpreta en poética manera lo que su padre no puede por el asunto del vituperio que significa la autoalabanza.

Si no puedes ver la biografía: busca su obra, no hay lugar para el arrepentimiento. Puedes comenzar googleando: Simón Díaz.