domingo, 15 de agosto de 2010

42,195 metros

La historia que me sabía: era de un señor que se llamaba Filípides, que cayó muerto después de correr desde Maratón hasta Atenas para anunciar la victoria sobre el ejército persa. Y que la distancia entre éstas dos ciudades es de 42,195 metros. Ya revisando en wikipedia: me di cuenta que la historia real de los maratones es un poco más loca que la leyenda.

Hoy es domingo. Hace ocho días corrí mis ocho kilómetros de costumbre, pero; la tentación me ganó y me seguí con otros 4. Había estado mejorando mi tiempo sin ningún esfuerzo extraordinario, sencillamente me llegó una racha en la que había podido correr de forma más o menos estable.

Cuando me pasa que dejo de correr por un tiempo y comienzo a perder la condición física que tenía: al volver a correr, busco llegar a los tiempos que estaba haciendo antes de ser vencido por la flojera. Y cuando llego a recuperar lo que había perdido: me queda una sensación de deber buscar algo más. Más distancia, menos tiempo...

Hace ocho días, al terminar mi carrera: mi cabeza no descansaba. Al regresar a casa buscaría otra vez información de fechas, entrenamientos, precio de inscripciones. Estaba seguro que otra vez iba a desechar la idea. La otra vez me desilusionó la cantidad de trabajo, dinero y tiempo que se necesitaba para prepararse. No visualizaba la mejoría que me pudiera dar el entrenamiento, y hacer todo ese esfuerzo para intentar correr por alrededor de 4 horas y media, aparte de difícil, no me llamó la atención.

Ésta vez fue totalmente diferente. Me visualicé una meta y una fecha, y aunque seguía con la duda de poder siquiera completar una carrera de más de 2o km. tan sólo durante los entrenamientos: me decidí. Mis resultados durante el entrenamiento me darían ánimos o me bajarían de nuevo a piso firme.

Llevo entre unas rachas de correr continuo, y rachas de flojera, gimnasio, gripes y hasta un esguince de rodillas que me retiró de la Colosio por mes y medio: 5 años de deportista. Alguna vez corrí los 10 km. de la tepabril en 49 y medio sin ningún tipo de preparación. Un par de años después me estaba preparando para correrla y tratar de mejorar mi tiempo y fue que me vino el esguince (por cusa de una ola, no por correr).

Hoy corrí por primera vez en mi vida 22 km. como lo dice el entrenamiento, después de otros 34 que corrí durante la semana. Invertí en ésta semana: alrededor de 7 horas. Me estuve levantando entre 6 y 6:15 de la mañana. Todo el día de hoy anduve caminando raro y dolorido después de las 2 horas 15 que me costó la hazaña y me esperan otros 4 meses así. Me hacen falta por lo menos un par de tenis, un par de shorts y un par de camisetas para correr. Ahora mismo no tengo idea de dónde voy a sacar el dinero para el hospedaje y el viaje a Mazatlán (lo mejor sería si me puedo llevar a toda la familia). No tengo la menor idea de si la salud u otras cosas me den para terminar el entrenamiento. Pero hay algo de lo que estoy muy seguro; el entusiasmo que siento en éste momento es un lujo que muchos quisieran poder comprar. Y yo, que ya lo tengo: no lo pienso desperdiciar.

Así comienza ésta aventura. Mi meta: 3 horas 45 minutos, domingo 5 de diciembre, 6 de la mañana, Maratón pacífico, Mazatlán, Sinaloa.

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